He de admitir que las viejas sonrisas y carcajadas son mi razón de llorary de reir, mi razón de ahogarme al recordar momentos a los que no puedo volver, pero crearéotros nuevos, y tengo una buena noticia, lo estoy consiguiendo.
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario