Cuando en tu cabeza solo hay una cara, un nombre y una mirada y todo es pequeño y mediocre a su lado...Cuando ves con una claridad enorme que tus peores miedos se han cumplido y que ha llegado el final, el final de la historia...
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
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