Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.



















Después de todo sé que nada es permanente y que al impaciente se le olvida la miel del presente. Nada es tan urgente, nada tan importante, nada merece más la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente, y la oportunidad de hacerlo diferente.

1 comentario:

Carmen dijo...

OK, ya me he pasado jaja, te digo, muy chulo por cierto : )