Después de todo sé que nada es permanente y que al impaciente se le olvida la miel del presente. Nada es tan urgente, nada tan importante, nada merece más la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente, y la oportunidad de hacerlo diferente.
1 comentario:
OK, ya me he pasado jaja, te digo, muy chulo por cierto : )
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