Gritar, gritar y que no te escuche, porque siempre lo haces en silencio. Tener miedo de lo que pueda pasar y de lo que ha pasado y volver a llorar mientras escribes algo que nadie leerá... Y a pesar de todo, seguir amando, amando y amando...
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario