A veces el dolor es una parte tan enorme de tu vida, que piensas que siempre va a estar ahí, porque no recuerdas a penas ni un momento en que no estuviera presente.
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario