Y me contaste al oido que por cada gota de lluvia que callera sobre mi cuerpo seria un te quiero, y ahora te susurro yo que cada rayo de sol que te alumbre seré yo iluminando tu camino.
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario