Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.
Nos vendemos por pedazos. Nos vendemos por fasciculos, nos entregamos al mundo en porciones. Hablo, más bien escribo, mucho, muchisimo de pureza.
Al fin y al cabo, que considero como puro¿es más pura que yo una mariposa, una mariposa, ardilla, caracola?
No lo se, realmente no lo se.
Puede que cada una de esas porciones del yo, de tú de el o de ella, sean igual puras, una que la otra.
Simplemente, nos amoldamos al medio. Unos mejor que otros, pero lo hacemos. No nos solemos mostrar iguales, con unas personas que con otras. No somos igual de claras con determinada gente. Siempre nos reservamos una parte importante para nosotros mismos. Como por ejemplo, esas manías, gustos o vicios inconfesables o extremadamente íntimos.
Esos pensamientos que harían espantar a mucha gente, cuidamos espantosamente a quien los confesamos.

Entonces, cada pedazo de nosotros (el yo romántico, el yo escéptico, el yo creyente, el yo reservado, el yo extrovertido, el yo realista, el yo fantasioso) ¿son igual de auténticos, son igual de puros, de verdaderos?
He aquí mi pregunta, ¿todos estos "yoes" se podrían condensar en uno solo, en un ultracúmulo de "yos"? ¿Qué creeis?
Puede, que finalmente, esto sea solo el comienzo de una interesante
esquizofrenía.

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