Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.
Porque a mi en su momento nadie me dijo que era pasarlo mal por alguien, nadie me advirtió de que querer dolía tanto, ni si quiera me dijeron que tuviera cuidado; pero me dí cuenta yo solita, al poco tiempo, cuando se acabó la historia, cuando sentía que me faltaba algo, cuando ya no era la de antes, cuando lloraba y recordaba todo lo que un día vivimos el y yo, cuando sentía que la vida para mi ya no era la mismo que antes, cuando ya no me apetecía hacer nada, con nadie, solo estar sola; cuando sentía esa sensación de vacío, de soledad, de anhelo, de no saber que rumbo tomar, ni para donde ir, ni con quién hablar. Era un túnel negro, al que era difícil encontrarle la salida, era un laberinto o un rompecabezas, era algo extraño y doloroso, pero a la vez bonito, porque claro, esa sensación de tener a esa persona a tu lado, de levantarte por la mañana y mirar el móvil por si te ha llamado, y acostarte por las noches acostumbrada a un mensaje o a escuchar su voz antes de dormir, eso de ir por la calle cogidos de la mano, eso de tener el día del mes y del año solo para ti y para él, eso de nada mas colgar el teléfono echarle de menos, esos besos que solo él sabe darte, esos te quiero que nadie más puede decirte, esa sensación de felicidad, esos piques por tonterías acompañados de la reconciliación, esas fantasías de viajar por el mundo los dos solos, de recorrer países, ciudades y pueblos, de salir de fiesta, de probar todas las comidas de todos los continentes, de aprender idiomas... Era mucho, demasiado, era tocar el cielo con las manos, era algo infinito, que ni siquiera con palabras se puede explicar, fue saber y comprobar; saber lo que es querer de verdad y comprobar que como muchos dicen, los finales duelen.

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