Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.
El olvido llega cuando podemos cerrar los ojos sin imaginar, cuando no nos duele nada por dentro, o cuando el pronombre “él” no te hace pensar en nadie. Llega cuando no te cuesta demostrar ningún sentimiento, cuando no hay pudor, cuando se puede volver a salir sin una constante nube sobre tu cabeza. Cuando no hay ningún peaje para poder mirar a otros. Pero sobretodo llega cuando te sientes capaz de respirar sin que te pese, cuando el recuerdo se vuelve más borroso. Llega cuando el “yo puedo” vuelve a tener sentido. Cuando por fin te convences que tras la neblina hay otro mundo, del que te has estado negando...

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