Ha sido un camino largo y a la vez bastante duro, muy duro sí, pero después de tanto tiempo intentándolo, por fín ha llegado el momento en el que puedo decir claro y muy alto que te amo y que siempre lo haré. Solo quiero recordarte que las veinticuatro horas del día me vas a tener ahí.
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
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