De nada vale preocuparse por las cosas, hacerse mil preguntas, tratar de entender a las personas. Siempres corres el riego de equivocarte, de entender mal. Así que es preferible centrarse en los asuntos prácticos. Ya se encargará otro de lo demás
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
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