La gente que me conoce lo sabe, que me dan rachas de estar pesada, de ser pasota, de no estar, de deprimirme... Pero un comportamiento no altera un sentimiento. A la gente que he querido, la quiero siempre, la vea, no la vea, me hable o no me hable. Y a la gente a la que no quiero... seguirá así. No por cabezonería (que también), no por orgullo (que también), digamos que es una mezcla de ambas cosas...
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