No hay palabras para describir esa sensación. Miedo, dudas. Normalmente la gente no quiere estar sola. La gente teme la soledad. Sin embargo es necesaria. La necesitamos. Nos necesitamos a nosotros mismos. Nos guiamos por lo que dicen y opinan los demás, pero no nos damos cuenta de que lo realmente importante somos nosotros. Nuestros pensamientos. Nuestras decisiones. Porque son, al fin y al cabo, éstas, las que cambiarán nuestro destino. Las que ocasionarán o no nuestra felicidad. Nosotros mismos. Yo, soy la única capaz de controlar mi vida. Y yo, soy quien va a controlarla a partir de ahora.
Nunca he sabido sonreír para mí, pero me encanta sonreír para los demás. Creo en el amor, incondicional y puro; a primera risa, a primera vista, al primer abrazo, en cualquier momento. Siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario