Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.

Es jodida la triste realidad.

Sé de sobra que no nos fabricaron para estar juntos. Tú llevas la etiqueta de no se qué historia, y la mía narra una muy diferente.
Al rozarnos, hay dos núcleos que chocan y comienzan a entrelazarse apasionadamente para enseguida separarse un milímetro y rebotar cada uno hacia un extremo sin tener la más mínima intención de volver a entrar en contacto por mucho tiempo. 
Es una jodida puta mierda, pero es así. 
Un día deseas reventar hasta el último huesecillo que compone mi cuerpo apretándome entre tus brazos, y al siguiente pagarías por tener asegurado que no volverás a cruzarte con esa mirada de la que soy dueña. La misma que ha custodiado minuciosamente la maravilla que supone cada detalle de tu piel a una distancia de tu rostro que ni siquiera me permitía respirar fácilmente, a la par que sentía escapar con fuerza de tu naricilla, casi como si de tus ultimos suspiros se tratase, un aire que chocaba, con la que queda a la altura de tus hombros, mi frente...

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