Siempre cometo el error de sorprender, de intentar que nada ser normal, que no sea lo que te esperas. De decir esa frase que te encanta, cuando imaginabas que diría otra distinta. De arriesgarme, sin tener un "no". De hacer las cosas sin esperar nada a cambio. De fijarme en cómo brillan tus ojos al escucharme hablar. El error de conformarme cin tu media sonrisa o con un abrazo en un portal. Esas cosas en las que no se suele fijar nada, pero, yo sí.
Y no sé si me va bien o mal, seguramente mal, pero tampoco quiero cambiarlo. Soy muy feliz así.
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