Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.

Cuando menos te lo esperas aparece, el día menos pensado, quien jamás te habrías imaginado. Llega él, ¿Quién lo diría, verdad? Que sería justamente él, al que conociste por casualidad... Pero va la vida y te sorprende, y él pasa de nada a todo, sí, así fue...de un día para otro, sin buscarlo ni quererlo, sin ni siquiera pretenderlo él se convierte en la razón del 95% de tus sonrisas, del brillo que aparece en tus ojos cada vez que lo ves, de tu ilusión al pensar que ponerte, como peinarte y de que manera pintarte porque sabes que él lo notara, de madrugar cualquier día, de hacer cosas que odies, de tus cambios de humor, de estar todo el día conectada y pendiente del maldito móvil. Y por supuesto que también será el responsable de tus ralladas, de estar embobada todo el día, de tus distracciones en clase, de que un día llegues a casa y simplemente te apetezca llorar o se te quite el hambre, pero al fin y al cabo te da igual y no dejas de pensar en él.
Y sabes que aunque te joda, él es el único que hará que te enfades por la mayor tontería del mundo, el único capaz de joderte el día o de alegrártelo por completo, de dibujarle una sonrisa a tu cara o de hacer que tus ojos estén tristes, de hacerte reír más que nadie, de darte la mejor tarde, el único que podrá consolarte cuando llores… Porque llorarás por él, y a la única persona que llegarás a odiar más que nadie,
 aún sabiendo que le quieres por encima de todo.

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