Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.
Nuestras noches, que terminan en lugares secretos y yo dormida sobre tu hombro de vuelta a casa. Nuestras noches largas y frías, en las que brindamos con cerveza por las noches que vendrán, como dos pequeños seres inocentes que luego se van a la habitación a descubrir sus rincones, a pintarse palabras sobre la espalda. De banda sonora el viento y los jadeos, y mis labios tatuados en tu piel. Tienes ese verde esperanza en la mirada y eso me encanta. Me encanta como me besas el cuello y como deslizas tus dedos por mi cuerpo, como si fuera de cristal y se fuera a romper. Y mientras los dos pregnamos el ambiente de humo yo te miro soñando con lo que vendrá después. Y sobre todo como me susurras te quiero, como un secreto, como si yo fuera la única que puede saberlo.
Pero luego te vas, siempre te vas, y yo siempre te espero. A veces tardas demasiado en volver y me gustaría cambiar la distancia por besos.

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