Pero ya caminan juntos y el pasado solo es aire.
Nos quedan segundos de consumición. Nos quedan sólo dos palabras por decir. Hasta nunca. 
Hasta nunca a esta batalla perdida de antemano, a esta partida con fichas defectuosas. Hasta nunca a nuestros momentos, a nuestros desiertos. Hasta nunca al mar de tus ojos, a las mentiras y al amor de extrarradio. 
Lo enrollaré y me lo fumaré, para aprender del daño, pero que se evapore al terminar de recorrer mis pulmones.
Por mi parte, abandono. Paso página, cierro el libro. Lo quemo si es preciso. 
Nunca escribiré nuestra no-historia, porque nunca habrá existido. Sólo escribo la despedida, para que marque. 
Hasta siempre, supongo.

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