Si quieres hago una lista con todos mi defectos, podría empezar diciendo que me callo demasiadas cosas y luego por la mínima exploto.
Podría contarte que soy un desastre, que siempre apuesto a perder, que pienso demasiado, que le doy mil vueltas a las cosas, que soy una pesada, que no hay dios que me soporte. Que tengo que estar triste mínimo 2 días al mes casi por costumbre, que cometo mil errores al día y me arrepiento al instante. Que soy experta en hacer daño sin darme cuenta. Que compartir tu vida conmigo sería una autentica montaña rusa. Pero, ¿sabes una cosa? Nadie te abrazará por las noches con tantas ganas, nadie se quedará mirando como duermes cómo quien mira al infinito. Nadie va a ser capaz de aprenderse el diccionario de tus silencios de memoria, o de saber que quieres decir cuando no dices nada.
Nadie será capaz de hacer sonreír a la tristeza o de dibujar futuros en tu espalda con tinta invisible.
Dudo que alguien sienta lo que yo siento cuando te miro, aunque yo no sea capaz de explicarlo, dudo que vean en tus ojos ese algo que veo yo. Dudo que te quieran tan fuerte...Tan de verdad.
Al final parece que aún siendo un saco lleno de defectos tengo una virtud y esa es quererte, a mi manera, con peros, con dudas, con reproches, con discusiones, con rayadas…Pero quererte como no he querido a nadie.
Ya le lo dije una vez… Podrán quererte mejor; ¿más? Lo dudo.
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