A veces la vida me viene grande. O quizás sea yo la que se vuelve pequeña ante tantas cosas que no entiendo. No lo sé. Tampoco sé por qué te quise tanto, por qué te sigo queriendo a pesar de todo. Ni por qué me cuesta tanto olvidarte. Tengo que dejar de autoengañarme y de fantasear contigo. Mi eterno problema: mi empeño en idealizar lo nuestro, nuestra historia. En idealizarte a ti.
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